Al realizar un masaje se producen efectos reflejos en diversas zonas del organismo.
- el efecto local: se produce sobre el músculo o articulación trabajada, ya que el movimiento remueve las sustancias tóxicas acumuladas, llevándolas al torrente sanguíneo para su eliminación.
- el efecto sobre la piel: ya que la fricción elimina las impurezas depositadas sobre ella, favoreciendo la excreción de los poros sudoríparos y sebáceos con la consecuente mejoría de la perspiración (intercambio gaseoso realizado a través de la piel).
- el efecto sobre las terminaciones nerviosas: esa misma fricción produce una analgesia local que es recibida por el sistema nervioso central produciéndose el relajamiento general.
- el efecto sobre el sistema circulatorio: por la vasodilatación periférica que se produce eliminando toxinas y favoreciendo el retorno sanguíneo.
- el efecto sobre el tejido adiposo: las diferentes maniobras ayudan a disolverlo, siendo el perfecto complemento para el cuidado estético.
El buen masaje, entonces, tiene muchas facetas y modalidades, y diversas aplicaciones. Es también una terapia, es redentor y curativo, transformador y eficaz. Es terapéutico! (Dr. Sydney Licht)
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